LA EXPERIENCIA DE LA PANDEMIA EVIDENCIA LA NECESIDAD DE SUMAR ESFUERZOS Y ESTRATEGIAS PARA HACER FRENTE A LOS RETOS DE FUTURO DEL SISTEMA SANITARIO

Madrid, 25 de junio de 2020.-. La pandemia de COVID-19 ha dotado de todo el valor al posicionamiento por el que viene abogando la Fundación IDIS desde sus inicios que se resume en “Un sistema de salud único y sin apellidos”. Desde los comienzos de la crisis, la disponibilidad del sector sanitario privado, en todas sus áreas de actividad, para colaborar con las administraciones públicas ha dejado patente un compromiso claro y un ingente esfuerzo para poner freno a las consecuencias de la enfermedad. El sector hospitalario y de aseguramiento, así como las compañías farmacéuticas y de tecnología sanitaria, han aportado lo mejor de sí mismos y así lo recoge el informe “Sanidad Privada, Aportando Valor”. Especial COVID-19” que la Fundación IDIS publica, con la colaboración de la Alianza de la Sanidad Privada Española (ASPE), la Asociación Empresarial del Seguro (UNESPA) y las entidades que agrupan a la industria farmacéutica (Farmaindustria) y de tecnología sanitaria (Fenin).

Los datos aportados por ASPE muestran que 124 hospitales privados han atendido al 16% de los pacientes diagnosticados o con sospecha de COVID-19 (19.289) y han asumido el 14% de los ingresos en unidades de cuidados intensivos (1.536 personas). Además, se han conseguido grandes hitos durante estos meses, como la creación de la mayor póliza colectiva de vida con subsidio por hospitalización suscrita en España. Gracias a un desembolso de más de 38 millones de euros, este seguro contratado por UNESPA en nombre de 109 aseguradoras aportantes, da cobertura a 700.000 profesionales de la sanidad pública y privada, incluido el personal sanitario de residencias de mayores afectados por la pandemia. También se ha logrado que España sea el cuarto país del mundo y primero en Europa con más ensayos clínicos frente a la COVID-19, según los datos de Farmaindustria que se recogen en el informe. Las empresas tecnológicas bajo las directrices de Fenin han aportado tecnología y material imprescindible para la gestión adecuada de la crisis y traído casi 700 toneladas de material sanitario a través del corredor aéreo creado a tal efecto.

“Sin duda, la pandemia de la COVID-19 nos ha ofrecido numerosas enseñanzas y certezas -asegura el presidente de la Fundación IDIS, Juan Abarca- y una de las más importantes es la necesidad de que nuestro sistema sanitario trabaje al unísono en beneficio de todos, adaptado a los tiempos y proyectado al futuro recuperando el liderazgo que le corresponde. Para ello es fundamental entrar en un proceso de reforma a través de un Pacto de Estado por la Sanidad y la Innovación, un pacto inclusivo e integrador en el que todos los agentes implicados, públicos y privados, podamos aportar. Si algo ha quedado patente es que la cooperación entre la sanidad de titularidad pública y privada ha sido ejemplar. Solo sumando esfuerzos, buscando sinergias, generando estrategias conjuntas y ofreciendo cada cual lo mejor de sí mismo es como seremos capaces de hacer frente a los inmensos retos que nos ofrece el presente y especialmente el futuro”.

Aportación del sector privado en la pandemia

El sector hospitalario privado puso en marcha durante los meses de la crisis diferentes actuaciones y estrategias para ampliar la cobertura al máximo número de enfermos. Para hacer frente a la demanda creciente y salvar el mayor número posible de vidas se realizó una ampliación de plantillas (con un incremento del 10% de los contratados con respecto a abril de 2018), se produjo una reprogramación de la actividad (con el fin de poder centrar la atención en la infección, se aplazaron consultas e intervenciones que no fueran de carácter urgente o preferente), se reforzó el parque tecnológico adaptado a las necesidades de la creciente demanda o se crearon y adaptaron nuevos espacios para acoger a pacientes (ampliando el número de camas de hospitalización, adecuando quirófanos o salas de reanimación a camas de la UCI o creando 2 hospitales de campaña en el exterior de dos hospitales privados de la Comunidad de Madrid). El informe muestra que el 61% de las inversiones que se hicieron durante la crisis fueron para la adquisición de equipamiento sanitario, con una importante apuesta por el impulso y desarrollo de los servicios de telemedicina y teleconsulta para atender tanto a pacientes infectados por coronavirus como afectados por otras patologías, liberando recursos para poder sumarlos a la lucha contra la COVID-19. Por otra parte, los centros sanitarios han realizado esfuerzos ingentes para satisfacer la demanda y dotar a los centros sanitarios con los mejores equipos de protección para hacer frente al virus y al desabastecimiento acontecido durante estos meses.

Por su parte, el sector asegurador ha asumido la cobertura de asistencia de los pacientes (asegurados) en todo momento y ha trabajado a través de sus fundaciones en la compra masiva de EPIs y material para residencias, centros o funerarias, prestando especial atención a los profesionales sanitarios. De hecho, el fondo solidario dotado de 38 millones de euros suscrito por 109 aseguradoras a través de UNESPA, está destinado a financiar la protección de más de 700.000 profesionales sanitarios, sin distinción entre sector público y privado, incluidas residencias de mayores. Asimismo, este sector ha llevado a cabo diferentes iniciativas para dar servicio a los asegurados como la realización de comunicaciones mediante la creación de páginas web, la difusión en redes sociales y atención telefónica, la potenciación de los servicios de consultas online, videoconsultas, chatbots o la posibilidad de tener la receta electrónica privada para que el paciente pueda recibir la prescripción por correo electrónico y adquirir los medicamentos en cualquier farmacia. En este contexto, el sector asegurador ha colaborado con diferentes instituciones para dar soporte psicológico y emocional en favor de los profesionales sanitarios. Se estima que ha invertido más de 20 millones de euros en donaciones para equipamiento y material sanitario y otros 5 millones para investigación.

Investigación y tecnología

Desde el comienzo de la pandemia las compañías farmacéuticas asociadas a Farmaindustria han puesto todos sus esfuerzos para lograr garantizar el suministro tanto de los medicamentos que se han utilizado contra la enfermedad COVID-19 en los hospitales como los que necesitaban el resto de los españoles que están en tratamiento por el motivo que sea, gracias al funcionamiento de las 82 plantas de producción de medicamentos de uso humano a pleno rendimiento llegando en ocasiones o duplicar o triplicar su producción durante la pandemia. Para asegurar el correcto funcionamiento de la cadena de suministro, la industria farmacéutica ha tenido un contacto continuo y directo con la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS). Por otro lado, el sector farmacéutico sigue inmerso en una intensa búsqueda de un tratamiento eficaz o una vacuna para combatir la pandemia -actualmente se está llevando a cabo una intensa actividad de investigación con más de 100 ensayos clínicos en el área de vacunas frente al sars-cov-2 (COVID-19) y 130 en el ámbito farmacológico frente al virus-, acelerando las etapas preclínicas y clínicas. Asimismo, durante la pandemia las compañías farmacéuticas han hecho donaciones para combatir las carencias de material sanitario, envíos de medicamentos a domicilio o la colaboración con organizaciones benéficas, entre otros aspectos. Un sondeo de Farmaindustria entre 49 compañías asociadas estimó estas ayudas en 24,5 millones de euros solo por parte de estas empresas, que suman el 70% de la facturación total de las compañías de la Asociación.

El sector de la tecnología sanitaria ha desempeñado un papel esencial para combatir a la COVID-19. Su actuación ha sido clave en la prevención, diagnóstico, tratamiento y soporte vital de los pacientes. Además, ha sido fundamental en la protección de los profesionales sanitarios a través de la apertura de un corredor aéreo sanitario que ha permitido traer a España productos sanitarios que se han distribuido en hospitales públicos y privados, CC.AA., etc. Entre este material, destacan fundamentalmente productos tan necesarios como mascarillas, equipos de protección y respiradores. Asimismo, las empresas asociadas a Fenin también han suministrado productos para el diagnóstico in vitro de posibles pacientes afectados, el diagnóstico por imagen para la valoración clínica de la neumonía y otras patologías causadas por el virus y para la monitorización, infusión de la medicación y ventilación mecánica y terapias respiratorias. Además, entre 6.000 y 9.000 personas (un 20% del personal de las empresas de tecnología sanitaria) ha estado dando soporte 24 horas, 7 días de la semana en los hospitales para garantizar el buen funcionamiento de los equipos. En definitiva, Fenin y el sector de empresas de tecnología sanitaria han aportado su conocimiento y su experiencia, así como su capacidad operacional y organizativa para aportar soluciones efectivas al sistema sanitario en esta complicada situación.

En resumen, una aportación global imprescindible para una pandemia que ha borrado barreras entre el sector público y privado, que ha detectado carencias y que ha puesto el foco de atención en la necesaria reforma del sistema mediante propuestas de valor como las realizadas recientemente por la Fundación IDIS a través de su presidente a la Comisión para la Reconstrucción social y Económica en el Congreso de los Diputados.

  • Incrementar la financiación sanitaria al menos en 2 puntos, definir qué prestaciones y servicios se pueden garantizar en equidad, promover la historia clínica única interoperable e impulsar la transparencia del sistema fomentando la publicación obligatoria de resultados e indicadores sanitarios son otras de las propuestas que el presidente de IDIS ha llevado a la mesa del Congreso
  • Juan Abarca ha defendido la promoción de un marco estable de colaboración entre el sector público y el privado para garantizar la accesibilidad a los servicios y prestaciones para los ciudadanos y de la consecución de un Pacto de Estado por la Sanidad. Asimismo, ha abogado por despolitizar el papel del sector privado, que ha demostrado su predisposición a aportar valor por encima de sus propios intereses empresariales, incluso antes de la crisis de la Covid- “Es fundamental -ha recalcado- renovar la confianza mutua entre el sector público y el privado”.
  • La corresponsabilidad de los pacientes en el manejo de su salud y en el uso del sistema sanitario, la presencia de sus representantes en los órganos de decisión sobre cuestiones que afecten al sistema y la promoción de todo tipo de medidas que fomenten la investigación y la innovación son claves para la reconstrucción de un sistema que ya antes de la crisis mostraba claros signos de agotamiento”, ha asegurado el presidente de la Fundación IDIS.
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Madrid, 15 de junio de 2020.- “La transformación profunda de nuestro sistema sanitario no es una opción. Es una necesidad que se ha convertido en una obligación, sobre todo desde la posición en defensa del sector público que todos apoyamos”: así lo ha asegurado Juan Abarca, presidente del Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (Fundación IDIS), durante su comparecencia ante la Comisión para la Reconstrucción Social y Económica del Congreso de los Diputados como miembro del Grupo de trabajo de Sanidad y Salud Pública. Una intervención que ha comenzado exponiendo la aportación de valor del sector privado a la sanidad, -destacando los datos de asistencia durante la crisis (20% de los ingresos en planta y 15% de los ingresos en UCI), y precisando la naturaleza de la crisis, que considera “de salud pública”. Por este motivo y con el fin de evitar que se repitan situaciones así, Juan Abarca ha apostado por el desarrollo de la Ley General de Salud Pública y la creación de una agencia estatal de Salud Pública de ámbito y autoridad nacional que dé servicio y asesoramiento continuo a las comunidades autónomas asumiendo el mando cuando sea necesario. “Con un sistema de alertas y vigilancia epidemiológica adecuados podemos sufrir una pandemia, pero se puede evitar la saturación de los servicios sanitarios como ha pasado en esta ocasión y los miles de fallecimientos que no tenían que haber ocurrido”, ha asegurado. Abarca ha aludido a “claros síntomas de agotamiento del sistema sanitario ya antes de la crisis por cuestiones de interés político que no se han querido afrontar y que han contribuido a agravar los efectos de la pandemia, como las dificultades en la accesibilidad al sistema de salud -en forma de listas de espera-, la falta de equidad entre comunidades autónomas el abandono del sector sociosanitario o la falta de colaboración con el sector privado, entre otras”, mientras mostraba el claro objetivo de la sanidad privada a contribuir para tener el mejor sistema sanitario posible, un sistema sanitario universal, suficiente en su financiación, con los mayores niveles de accesibilidad y equidad y con el máximo nivel de coberturas.

Propuestas para la reconstrucción del sistema sanitario

El presidente de la Fundación IDIS insistió durante su intervención en la necesaria promoción del Pacto de Estado por la sanidad y la despolitización del papel del sector privado -que ha demostrado su predisposición a aportar valor por encima de sus propios intereses, incluso antes de la crisis de la Covid-19-, mientras lanzaba las siguientes propuestas de mejora:

  1. Es imprescindible incrementar la financiación sanitaria pública, como mínimo al nivel del resto de países de nuestro entorno e idealmente, en el orden de 2 puntos del PIB (pre-Covid) a fin de recuperar lo perdido desde la crisis del 2008. Es necesario, asimismo, adaptarse a las circunstancias demográficas y sanitarias de la población actual e incluir en un conglomerado la financiación de los servicios socio-sanitarios y la dependencia.
  2. Hay que definir los servicios y prestaciones que podemos garantizar a la ciudadanía de forma equitativa e introducir el factor tiempo para priorizar procesos graves de procesos leves. En este contexto, para garantizar la equidad, las coberturas deben de estar definidas por el Ministerio de Sanidad y deben ser iguales en todas las comunidades autónomas. “Las coberturas sanitarias no pueden regirse por el principio de mínimos y que luego cada comunidad las amplíe como considere porque eso va contra la igualdad en los servicios recibidos”, indicó Abarca.
  3. Debe existir una historia clínica única interoperable que dé continuidad asistencial a los pacientes con independencia de los diferentes niveles de atención y de si las instituciones son públicas o privadas para evitar duplicidades e ineficiencias.
  4. Hay que promover la transparencia del sistema fomentando la publicación obligatoria de resultados e indicadores sanitarios y, en función de estos, elaborar un mapa de realización de procesos en los centros en función de efectividad en los resultados sanitarios y siguiendo criterios de eficiencia clínica, ya que no debe ser en función de criterios políticos.
  5. Se debe poner en marcha la Agencia Estatal de Salud Pública, promovida por el Estado y las CC.AA., que coordine y controle tanto las medidas de salud pública (vigilancia epidemiológica y control de enfermedades) y los protocolos a seguir ante la notificación de alertas internacionales o nacionales, como las medidas de prevención contra los factores de riesgo de la población o el control de la calidad asistencial y el acceso a los recursos de forma equitativa. Una Agencia de Salud Pública que realice la coordinación entre el Estado y las CC.AA. para tomar las medidas y procesos necesarios para afrontar la crisis desde el principio.
  6. Las CC.AA. deben gestionar su sanidad en base a unos indicadores definidos por parte del Estado, con el control y la supervisión de su cumplimiento a través de la Alta Inspección del Estado o alguna otra Agencia creada para ello, la cual debe tener capacidad sancionadora.
  7. Se debe impulsar el papel de los profesionales, que deben ser tenidos en cuenta, a través de las diferentes sociedades científicas, en la organización del sistema. Hay que fomentar la estabilidad laboral de los profesionales del sector público y establecer mecanismos de reconocimiento del esfuerzo, el mérito o la formación continuada. El presidente de la Fundación IDIS considera que “sería bueno habilitar un órgano central que ayude y apoye a las CC.AA. Además, es necesario incrementar el número de enfermeras, así como su capacitación y especialización”. También se deben implementar los procesos de resolución extrajudicial de conflictos de responsabilidad sanitaria y el baremo de daños sanitarios. Ambos mecanismos permitirían una pronta y justa solución en más del 70% de los casos.
  8. Se debe de establecer un plan de comunicación para conseguir la corresponsabilidad de los ciudadanos en el manejo y cuidado de su salud. Debe promoverse la presencia de los representantes de los pacientes en los órganos de decisión sobre cuestiones que afecten al sistema, dado que son sus principales usuarios y deben de comprometerse con la sociedad a través de tareas de formación del cuidado de la salud y del uso responsable de los recursos sanitarios.
  9. Es imprescindible fomentar todo tipo de medidas que promuevan la investigación, el desarrollo y la innovación para poder ser foco de atracción de profesionales cualificados y no tener que depender de terceros para el acceso a productos básicos. Un país que usa la innovación como motor de desarrollo es un país avanzado y hacer muchos ensayos clínicos es síntoma de la calidad y el compromiso de nuestros profesionales. Es fundamental establecer un plan que agilice el acceso a la innovación farmacéutica de una forma equitativa para toda la población y realizar un mapa nacional de recursos tecnológicos tanto públicos como privados para diseñar un plan “renove” del parque tecnológico en función de criterios sanitarios y demográficos.
  10. Finalmente, se debe renovar la confianza en las relaciones entre el sector público y el privado. El sector privado aporta un papel que más que priorizar los resultados económicos pretende también aportar valor a la sociedad y se ha podido comprobar durante la crisis sanitaria de la COVID-19. Se ha de refundar un sistema que aproveche todos los recursos.

 

El sector sanitario privado emplea a cerca de 270.000 profesionales

 

Madrid, 04 de junio de 2020.- El anuncio de la Fundación Princesa de Asturias sobre la concesión de su Premio de la Concordia 2020 a los sanitarios que trabajan en primera línea frente a la COVID-19 constituye un motivo de felicitación para los profesionales del sector implicados, una vez que recoge el manifiesto reconocimiento social realizado de forma espontánea durante los últimos meses.

Tal y como señala la propia Fundación Princesa de Asturias, los premios tienen como objetivo “contribuir a la exaltación y promoción de cuantos valores científicos, culturales y humanísticos son patrimonio universal y consolidar los vínculos existentes entre el Principado de Asturias y el título que tradicionalmente ostentan los herederos de la Corona de España”.

El Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (Fundación IDIS) quiere felicitar a todos los sanitarios por la concesión de este Premio, al jurado de la Fundación Princesa de Asturias por su decisión y a quienes propusieron esta más que acertada candidatura.

“Con un espíritu de sacrificio personal sobresaliente en favor de la salud pública y del bienestar del conjunto de la sociedad, los sanitarios se han convertido ya en un símbolo de la lucha contra la mayor pandemia global que ha asolado a la humanidad en el último siglo”, ha indicado la propia entidad. Ellos han desempeñado su tarea, en muchas ocasiones, sin las medidas de protección adecuadas que garantizaran su total seguridad, un aspecto sobre el que la Fundación IDIS alzó su voz al inicio de la crisis, entendiendo que salvaguardar la salud de los sanitarios es determinante para la asistencia a los pacientes y para la evolución y control de la pandemia.

“En la Fundación IDIS creemos que la decisión del jurado de la Fundación Princesa de Asturias no podría haber sido más acertada; sin duda, todos los sanitarios involucrados en la lucha frente a la COVID-19 son el mejor exponente de entrega profesional y personal y por lo tanto también de humanidad, porque su papel ha ido más allá de la asistencia sanitaria en muchos casos -asegura Marta Villanueva, directora general de la Fundación IDIS-. En el sector privado trabajan cerca de 270.000 profesionales y para nosotros, como entidad que aglutina a la mayoría de los grupos hospitalarios y aseguradores y, en general del emprendimiento privado en sanidad, este reconocimiento es también motivo de orgullo: tanto por el compromiso de los profesionales como por el de todo el sector, que ha dejado patente cómo el trabajo conjunto, colaborativo es la base para hacer frente a los retos más difíciles y, en este caso concreto, dar la mejor respuesta posible a las necesidades de la sociedad. Es bueno resaltar también la ingente y encomiable tarea desarrollada por todos aquellos que desde otras posiciones sociales han sido y continúan siendo piezas clave en la lucha frente a esta pandemia a través de su trabajo y compromiso diario y por supuesto la sociedad en su conjunto por su actitud general y comportamiento ejemplar frente a esta crisis sanitaria”, concluye.